Salimos de la oficina del profesor, nos ubicamos en el patio. Estamos en un lugar donde se puede apreciar el cielo en su totalidad. Mi maestro me dice que la prueba que tengo que pasar es volar hacia las estrellas, hacia el firmamento.

“¿Como me puede pedir similar disparate?” le reprocho…“¿Te has olvidado rápido de los sabores de los té de los cuatro elementos?” me reta el profe de manera humorística. Recuerda sus ritmos y podrás tener la energía para volar hasta el planeta Naboo si tu así lo quieres.

Empiezo a recordar los ritmos de cada elemento:

• Primero recuerdo el ritmo del agua. “ondulantes y concentrados hacia los puntos mas bajos de la tierra” siento como la energía del rocío de la noche se convierte en gotas que hacen un charco en mis pies.
• Luego pienso en la energía de la tierra “concentrador sistemático de elementos para su conservación” esto permite canalizar la energía del agua impidiendo que escape. Siento una sensación parecida a la de un cohete en proceso de despegar desde Cabo Cañavera.
• Luego pienso en el fuego “trasformador de elementos para beneficios mutuos entre todos los seres", logrando acciones que no pueden por si solos” Esto hace que el agua ya concentrada empiece a emitir burbujas y vapor.
• Y finalmente pienso en el ritmo del aire “volátil y expansivo sin límites”.
  

La suma de estos elementos hace que salda despedido de la tierra igual que un cohete, pidiendo volar libremente porque aparecieron nuevamente mis alas, que esta vez son mas resplandecientes, majestuosas y eternas que antes. Estoy más emocionado que Solabarrieta con el triunfo de los tenistas chilenos en los juegos olímpicos de Atenas 2004. Además digo: “esto me permite alcanzar mis sueños y un puñado de estrellas para mi bolsillo, regalaré estas ultimas a quien me enseño que todo es posible sin importar lo que diga el destino, la numerología o el resto de la gente, persona que se ganó el %100, 125 de mi confianza, nooooo, el %150 y mucho más. Una vez más, gracias por tu consejo, amiga mía del alma”.

El profesor me grita desde abajo: “Tómele el pulso al firmamento: pase del más acá al más allá, pase del más acá al menos acá, Váyase hacia, hacia…. Finalmente no entendí mucho lo que quiso decir y por ahora fui al mas allá recorriendo planetas como Corusant, Naboo, Yavin; Dentonia, Nuevo Egipto, Nueva Atlántida, Júpiter, Hercolobus y uno y que otro planeta freak por pura curiosidad. Finalmente me conformo esta vez con un puñado de estrellas en la mano y vuelvo al planeta Tierra.

El profesor me felicita por la acción que hice y mis alas se recogen, terminando por meterse dentro de mi cuerpo y espíritu. “¿A quien le vas a regalar estas estrellas?” Me pregunta…” ¿son para mi amiga querida?” respondo yo…”¿Y quien es para que le des el %150 de tu confianza?”…insiste el profe…”Eso no va en la pauta de trabajo”…dije de manera cortante.

“Se viene la prueba, la prueba final, uuuuuhhhhhggggg, uuuuyuyuyuyyyyyyyyyy…mi jefe quiere tener una entrevista contigo” dice mi profe… “Y quien es el”, le pregunto perplejo.

El profe, un poco temeroso, me contesta “Es el dueño de Araya’s Channel, el se robó mi canal fue quien me dio el trabajo de guiarte en las pruebas, porque el armó todo este camino solo para ti. No se cuales son sus intenciones, porque solo obedecí sus intenciones sin cuestionarlo, ya que dicen que es muy terrible y además enigmático. Ni siquiera yo he podido verlo porque no le gusta que lo busquen, solo llama a las personas cuando el así lo quiere. No es alguien muy social, te advierto”.

Camino hasta la oficina directiva del canal de televisión, me muestran la puerta que solo muestra una absoluta oscuridad detrás de las persianas que la tapan al 95 por ciento. Esto me recuerda una de mis peores pesadillas de mi infancia, pero he llegado muy lejos para desistir en el último paso, por eso doy un paso al frente y no hacia atrás o al costado… (Continua en el siguiente capitulo, si el jefe esta de buen humor con el cabro…eso intentó decir mi profe…)